viernes, 7 de agosto de 2015

Yo ya era geek antes de que estuviera de moda.



Viajemos al pasado: ¿Recuerdas que hace algunos años la palabra “geek” era un insulto? ¡Claro que lo era! Principalmente usado para referirse a las personas que estaban más al tanto de la tecnología e informática. Cuenta la leyenda urbana que esta palabra comenzó a utilizarse como insulto en los años 60’s para burlarse de los estudiantes de ciencias de la comunicación quienes pasaban todo el día frente a las computadoras (pobres, como si no fuera suficiente el tener que lidiar con esas computadoras tamaño dinosaurio).


Pero con la llegada de las computadoras más pequeñas y baratas (gracias a Dior), se facilitó el acceso a la tecnología y por lo tanto fue cada vez más común encontrar a personas familiarizadas con este tema. Aunque fue en los maravillosos 90’s que los geeks lograron convertirse en algo más que unos fenómenos ante la sociedad. Se convirtieron en toda una subcultura hecha y derecha que se identificaba alegremente con el término que antes fue un insulto.

Posteriormente los mercadólogos hicieron lo suyo y nos empezaron a vender nueva y mejor tecnología lo que poco a poco ha venido aumentando la cifras de personas que se interesan en la tecnología y otros temas de este estilo, por ejemplo, lo que sucedió con el imperio Marvel. Hasta que finalmente, ser geek se volvió algo cool. Todos saben de cómics, todos conocen (o dicen conocer) hasta los más mínimos detalles de la vida de los personajes de ficción, y todos usan lentes de pasta gruesa (¡já!).




Hay que admitir, que como muchas cosas, ser geek se ha convertido en toda una moda muy popular y que proporciona muy buenos frutos económicos a quien la sabe manejar, y, también, una moda que incomoda a muchos. Y con “muchos” me refiero a estas personas que se molestan cuando alguien se autodenomina como geek o fanático de algo geek. Salen a enfrentar enardecidamente a estos “pseudo fanáticos”, los atacan y se aseguran de hacerles ver que ellos, neófitos, no saben nada.



Ahora viene mi opinión; yo considero que las personas realmente fanáticas de algo se mostrarían contentas al saber que lo que tanto les gusta está cobrando popularidad, ya que esto implica que mucha más gente gaste en esto, por lo tanto que haya una mayor producción, contenidos nuevos y una forma más sencilla, y a veces barata, para obtener los productos y creaciones nuevas. 

Claro, todo esto siempre y cuando se respete la esencia de la creación, ya que también existen los casos en los que algo se vuelve tan popular que se pierde el sentido de su creación y su existencia se limita a estar impreso o  difundido en cuantos medios sean posibles hasta que la gente se cansa (cof cof, minions).




Creo que lo mejor que podemos hacer es disfrutar de las nuevas y viejas creaciones e ilustrar a los novicios en las maravillas del mundo geek para que aprecien lo mejor que puedan tan interesante contenido. ¿O tú qué opinas?